Muchos nutrientes trabajan juntos en sinergia para promover y mantener las funciones adecuadas del sistema cardiovascular. Por eso es importante incluir en la dieta alimentos ricos en nutrientes para obtener de ellos todos los beneficios para la salud del corazón.
Algunos de los nutrientes que más pueden mejorar la salud del corazón son el magnesio, la vitamina B6, los ácidos grasos omega-3, la vitamina D, el ácido fólico, la vitamina C, la vitamina K, el potasio y el calcio.
El magnesio y el calcio intervienen en las reacciones bioquímicas del músculo cardiaco que generan los latidos del corazón. El calcio estimula las fibras musculares del miocardio para que se acorten y contraigan, mientras que el magnesio tiene el efecto contrario.
El omega-3, los ácidos grasos y la vitamina B6 ayudan a producir hormonas que contribuyen a prevenir los coágulos sanguíneos, disminuir la inflamación y regular la tensión arterial.
El ácido fólico (o folato) ayuda a descomponer ciertos aminoácidos relacionados con las enfermedades cardiacas.
La vitamina K puede reducir la rigidez arterial y ralentizar la progresión de la calcificación vascular, mientras que las vitaminas D y C ayudan a controlar la presión arterial.
Aunque el sodio es un mineral esencial, un consumo elevado de este nutriente puede elevar considerablemente la presión arterial. Por ello, otro mineral -el potasio- es importante en una dieta cardiosaludable, ya que reduce los efectos del sodio sobre la presión arterial.