La presión arterial se registra con 2 cifras, ambas medidas en milímetros de mercurio (mmHg).
- La presión sistólica (la cifra más alta) es la fuerza con la que el corazón bombea la sangre por todo el cuerpo.
- La presión diastólica (la cifra más baja) es la resistencia al flujo sanguíneo en los vasos sanguíneos.
Una guía general:
- Se considera presión arterial alta cuando es igual o superior a 140/90 mmHg (o igual o superior a 150/90 mmHg si tienes más de 80 años).
- La presión arterial ideal suele estar entre 90/60 mmHg y 120/80 mmHg.
- Una presión arterial entre 120/80 mmHg y 140/90 mmHg puede significar que corres el riesgo de padecer hipertensión si no tomas medidas para mantenerla bajo control.
Una presión arterial demasiado alta sobrecarga los vasos sanguíneos, el corazón y otros órganos, como el cerebro, los riñones y los ojos. La hipertensión persistente puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades graves y potencialmente mortales, como infarto de miocardio, ictus, insuficiencia cardiaca, insuficiencia renal, etc.
Reducir la presión arterial, aunque sea mínimamente, puede ayudar a disminuir el riesgo de padecer estas enfermedades. He aquí algunos ejemplos de cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a prevenir y reducir la hipertensión:
- Reduce la cantidad de sal que consumes y sigue las recomendaciones dietéticas cardiosaludables.
- Evita o reduce al mínimo el consumo de alcohol.
- Alcanza un peso saludable, si padeces sobrepeso u obesidad.
- Practica actividad física con regularidad (tanto entrenamiento de resistencia como cardio).
- Reduce el consumo de cafeína.
- Deja de fumar.
Algunas personas con hipertensión también pueden necesitar tomar uno o más medicamentos para evitar que tu presión arterial suba demasiado.